domingo, 7 de octubre de 2007


Nada ha cambiado. Nada en absoluto. La vida es una rueda que gira, donde las cosas, todas, vuelven a repetirse. Los que ayer defendieron el nacionalismo Suizo, velando por un sistema político que defienda constantemente el status quo, hoy todavía lo hacen. Los que ayer explotaron la mano de obra indigena, por ser barata, esclavista asesinando culturas enteras, cometiendo genocidios de tamaños impensados, hoy se escudan en la economia de mercado para explotar y enajenar mano de obra latinoamericana y robar petróleo a la fuerza desde los territorios de medio oriente. Los que ayer propugnaron cambiar los sistemas de monarquias feudales, por el dominio de clases aburguesadas devoradoras de riquezas naturales, hoy tienen al planeta con un calentamiento gobal, causado por las sociedades industriales; y vaya que coincidencia el liberalismo economico, degenero en sociedades industriales. La explotación del hombre por el hombre. Nada ha cambiado. Todo va como lo planificaron aquellos que pretenden eternizar el estado actual, el status quo. Y sus hijos, sus nietos, defienden la posicion que les conviene defender desde su punto de vista coyuntural. Es decir, si ellos nacen burgueses, van a ser liberales, van a favorecer las economias de mercado, la propiedad privada, etc. Ellos quieren seguir disfrutando de sus privilegios. Ellos detienen el cambio social.
Nuestra tarea es impedir que ese ciclón de la muerte se transforme en una sociedad de personas, con justicia social, descentralismo político, existencia de decisiones locales, solidaridad y cooperativas laborales de produccion. Y ya se esta haciendo.
Nuestro primer aliado es el propio planeta tierra. La tierra esta colapsando, el sistema politico internacional no es sustentable desde el punto de vista natural, que por cierto es aquel punto que permite que esta discusion tenga sentido alguno. Es decir, sin planeta, no hay humanos, sin humanos, no hay política. Lo que hay no se puede mantener, por que los ecosistemas están progresivamente afectando mas y mas el que hacer diario de las personas. Ese es su telón de aquiles.
El segundo aliado que tenemos, somos nosotros mismos. La union hace la fuerza. Somos muchos más que toda la manga de viejos retrogradas que pretenden aislar la política real con discursos y el elecciones fraudulentas.
Nuestro tercer aliado tiene que ser la muerte. Los que defienden el status quo son viejos. Ellos se van a morir. Van a desaparecer y entonces para ellos la política se habrá acabado. Y nosotros podemos cambiar eso. El destino también está de nuestro lado.
Tenemos que hacer que los cambios se vuelvan a instalar en el mundo, y entonces podremos eternizar un sistema de solidaridad. Uno que ni el más vil de los capitalistas, no podrá impedir.

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